Relatos...
Un día mientras viajaba, se le había asignado a Kouji su primera misión, la cual trataba de inventariar los objetos que luego serian transados, la caravana que tenia como objetivo llevar mercancía para ser intercambiada en las islas de la seda y especias Del Clan Mantis, pero el camino era arduo y para llegar a su objetivo era necesario hacer una escala de paradas para abastecerse, ya que el viaje era bastante agobiante, mucho mas cuando el invierno acechaba a mas de un alma que viajaba desprevenida.
Al paso de una semana de viaje, en el comienzo del ocaso se divisa a lo lejos una nube de polvo, mientras que a los segundos se esclarecía poco a poco, una horda de al menos 15 bandidos sorprendió desprevenido al Mercader y criados, asesinando a cada uno de ellos, entre los gritos Kenji huyó despavorido a los bosques mientras los bandidos quemaban y saqueaban todo lo que podían cargar.
Al otro día, Kenji despierta en medio del bosque, sin saberlo, se había internado al corazón del bosque, como dicen el instinto es mas fuerte que la propia muerte, al pasar de los días Kenji fue aprendiendo a sobrevivir, cuando buscar su comida y que momento acechar a sus presas, animales salvajes que cazaba desprevenidos ante su ataque.
Al pasar una semana, en tierras Mantis se empezaban a preocupar por la entrega de mercancías, las que no habían llegado a su destino, para investigar sobre ello se envían 3 magistrados junto a ellos, la Campeona del clan: Yoritomo kumiko, solicita al Daymio Tsuruchi Nobumoto encabezar la investigación, ya que el se encontraba cerca de un puerto próximo a las provincias del Clan grulla, donde se rumoreaba que a unos cientos de leguas se había encontrado una caravana en ruinas, a los 2 días de haber recibido la orden Tsuruchi Nobumoto ya había enviado a sus subordinados a investigar por los alrededores, buscando información que fuese útil para esclarecer el misterio de la caravana, al llegar al lugar descrito por los lugareños, la caravana había sido reducida a cenizas y residuos, de lo que el fuego se había encargado de devorar con furia lo que encontraba a su paso, Tsuruchi Nobumoto empezó a buscar indicios del ataque, pero no encontró mucho, salvo vanas huellas en dirección un bosque cercano, sin dudar se aproximo raudo, con su instinto como único guía, el que se apoderaba poco a poco de su voluntad. Medio día ya había pasado, el calor empezaba a hacer mella en su tostada piel y parecía que el solo hecho de seguir caminando, fuese como dar vueltas en círculos,
basto un solo sonido de un animal herido en las proximidades, para que volviese en si, sin dudarlo se movió sigilosamente en dirección del sonido, diviso una sombra que salto entre los arbustos sin saber que era, inspecciono al animal, tenia un especie de artefacto similar a una lanza: una piedra atada un palo, al pasar unos segundos mientras el inspeccionaba el animal, de entre los arbustos arremetió un individuo, el Tsuruchi sorprendido, giro para ver de quien se trataba, pero era demasiado tarde, él estaba frente a frete con uno de sus puños apuntando a su cara, casi instintivamente, tomo su mano, con una especie de movimiento de taijutsu, lo derribo en milésimas de segundos, lo aprisiono entre sus brazos con una especie de llave, hasta que se calmo su agresor, al inspeccionarlo bien, Tsuruchi Nobumoto no podía creer que de un niño se tratase, su semblante era moreno, ojos negros saltones que casi hablaban con su mirada, su cuerpo yacía bastante débil, al parecer no se había alimentado adecuadamente por varios días, lo que realmente le sorprendió es que aparentaba bordear entre los 15 años, Tsuruchi Nobumoto le contó al chico quien era el y cual era su misión a la que se le había designado, el chico le dijo su nombre y contó lo que había ocurrido en esa noche en que vio el infierno descender del mismo cielo, pero el sabia que no podía dejar al chico ahí, ya que moriría a los cuantos días, por muy bien que supiese cazar, los animales lo herirían y no aguantaría un temporal a estas alturas del año, decidió llevarlo a tierras Mantis como prueba del caso, donde sería tratado cortésmente por el clan.
Al pasar unos días de haber zarpado del puerto Grulla, se divisaba a lo lejos una ciudad verdosa con resplandecientes colores que encandilaban los ojos de cualquiera que lo viese por primera vez, habían llegado a Kyuden Gotei, morada del Campeón del Clan. Al llegar, fue tratado con cuidado, para sorpresa de todos, el chico entendía y hablaba el idioma Rokugani, pero era hijo de un Yobanjin mercante, contó lo que había ocurrido y recordó sobre un símbolo en las ropas de los bandidos que asemejaba a un triangulo invertido, Tsuruchi Nobumoto ordeno investigar sobre el símbolo, al pasar unos días el Daymio Tsuruchi se encariño con el chico e intrigado por las habilidades sigilosas del joven Kouji, lo invito a unirse a su familia, ya que el ya no tenia un lugar donde volver, al pasar unos cuantos años Kenji el que había sido adoptado por la familia Tsuruchi, fue instruido en su especialidades de sigilo, sobrevivencia y artes básicas de combate en Kyuden Ashinagabachi la casa por excelencia, donde se han graduado los mejores arqueros de elite del clan.
Al cabo de unos años de haberse graduado, tomó el trabajo de caza recompensas, ya que sentía el deber de eliminar la amenaza de personas peligrosas, que atemorizaban a los poblados y hasta les hacían pagar tributos, después de unas cuantas misiones llevadas con éxito y de ser alabado por las autoridades del clan, escucho un rumor de unos bandidos con un signo de un triangulo invertido en sus ropas, investigo a fondo, encontró la información que un día se le fue negada: un Bandido llamado Natsume cabecilla de la banda, los había dirigido por décadas, había sucumbido por una enfermedad mortal desconocida, y algunos sospechaban de envenenamiento por los mismos de la banda para tomar el poder, lo hicieron parecer que había sido herido en medio de un saqueo, el sabia que estaban débiles en este momento y con la moral baja, esta era su oportunidad y corrió frenético donde su superior pidiendo a gritos que le asignara la misión, Tsuruchi Nobumoto se negó, el sabia que este tema nublaba el buen juicio del su pupilo, pero una parte de el le decía que por mucho que se negase, sabia que partiría de todas maneras, lo dejo partir, entregándole su arco Tsuruchi una tradición del clan, pero le advirtió que cualquier problema que ocasionase, el clan no lo ayudaría.
Partió raudo a su casa, busco sus cosas, tomo algo de dinero y corrió al Kobune que su mentor había preparado para el.
Cuando arribo, llego a un puerto en tierras grullas, lugar donde se podía recaudar información de calidad, ya que algunos cortesanos del Clan Escorpión tenían contactos con el bajo mundo y conocimiento sobre todo tipo de bandidos de Rokugan, Tsuruchi Kouji se interno en distritos bajos grullas, donde recaudo información gracias al código mantis "No hay información que no se pueda Comprar", reunió su equipo y se abasteció antes de partir de la ciudad.
Al otro día se encamino en búsqueda del lugar indicado por sus informantes, una especie de fortaleza en medio del bosque con unas 10 personas aproximadamente aguardaban en el lugar, él sabía que los números no estaban a su favor, y pensó por varios minutos, acechó a sus victimas esperando el momento preciso, un individuo se asomo con una especie de cubeta, Tsuruchi Kouji lo siguió sigilosamente, al cabo de unos minutos de persecución, escucho a las cercanías el sonido de un río, cuando se disponía a poner la cubeta para sacar agua, de un zarpazo Kouji salto sobre el bandido noqueándolo, lo tomó y arrastrándolo, se aproximo a la fortaleza de los bandidos.
Se lo hecho al hombro y lo ato, colgándolo de los pies a un árbol a unos
los interrogo, pero no consiguió nada de ellos, hasta que decidió matar a uno para ver si asimilaban su situación, solo quedaban 2, pero al menos parecían mas dispuestos hablar, les pregunto si recordaban algo del asalto de hace unos 6 años a una caravana yobanjin, uno de ellos soltó una carcajada, diciendo solo eran Jobanjins... a quien le importa su estupidas vidas... A mi!! respondió con una furia inhumana, clavándole una flecha en plena garganta, solo necesitaba a 1 de ustedes dijo volviendo su mirada hacia el único sobreviviente de los bandidos, estaba atemorizado al contemplar su rostro parecía estar en frente de un demonio con ojos rojos sedientos de sangre, amarro al bandido y se lo llevo a tierras grullas, lo subió a su kobune que lo estaba esperando y partió en marcha a tierras Mantis, fue recibido con un festín, el bandido fue enjuiciado, mientras que Kouji no sentía haber saciado su sed de venganza aun... espero con ansias el próximo reto diciendo en voz baja, mientras dirigía su vista al mar...
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