domingo, 11 de abril de 2010

Clan Ventrue



HISTORIA

VENTRUE


Nunca hemos creído que la historia la escriben los vencedores ¿por qué entonces hay tantas versiones distintas de las mismas historias? Por nuestra parte, los Ventrue que discuten este punto opinan que la historia la han escrito los supervivientes o, lo que es más probable, los perdedores, porque nunca ha habido ganadores. La mayoría de nosotros aceptamos la información que sigue a continuación como la historia más válida disponible, pero aceptamos que nuestros mitos pueden no ser más que mentiras muy bien elaboradas. Pero hasta que nos demuestren lo contrario, estos son los hechos que propugnamos. Después de todo, son los que hacen que nos sintamos bien.


Las primeras noches.

Bien, mi querido amigo, siempre ha sido así. Nuestro fundador asumió la responsabilidad de las acciones de sus débiles hermanos, como ahora. Abrazado por Caín en lo que la leyenda llamó Enoch o Lamech, Ventrue se convirtió en el primer consejero de Caín y su compañero constante. Al lado de Caín controló el crecimiento del paraíso conocido como la Primera Ciudad, originalmente un lugar con casas de barro, luego un monumento a todo lo que los Vástagos podían crear. Sin la ayuda de las modernas máquinas, pronto crecieron orgullosas torres de mármol que rozaban el cielo. El propio palacio de Caín estaba bañado de oro y la belleza de sus salones nunca tuvo parangón. Los finos artesanos de aquella edad anciana crearon trabajos de arte que, en este planeta, nunca han sido vistos, simples pero gloriosos, reflejando promesas de futuro y esperanzas. Caín mismo usó magia y sus habilidades en su jardín para convertirlo en una obra maestra, caminar por el era hacerlo por el paraíso.

Pero nuestro Sire hizo algo que no había habido. Después de crearse toda la Tercera Generación, Ventrue vio que había líneas equivocadas. Nuestro fundador habló con Caín, pero al principio este no contestó. Después habló entre los monumentos de la Primera Ciudad para hablar de su visión de un futuro, donde el horror y las catástrofes infestaban el mundo. Inundaciones y terremotos, volcanes y enfermedad golpearían a todos. Ventrue vio imposible creer estas historias, pero Caín continuó. Sus hijos sobrevivirían, pero los mortales serían devastados. Después se buscaría a alguien a quien culpar, y los Hijos de Set cazarían a los de Caín, con fuego y fe, conduciéndolos a sus refugios y destruyéndolos uno por uno hasta que no hubiera inmortales.

Después Caín se calló y Ventrue permaneció atolondrado hasta que reunió suficiente coraje para preguntar, no sin miedo: "¿Está el futuro escrito en piedra, inamovible, incambiable?". Caín miró sobre todo lo que había creado y contestó pausadamente: "No lo sé".

Compartiendo la visión de Caín, nuestro fundador no se podía creer lo que podría ocurrir. Durante toda su existencia sólo había conocido paz y prosperidad en una tierra en la que mortales e inmortales vivían sin conflictos. Si esas palabras las hubiera dicho otro no le hubiera hecho caso, pero viniendo del Padre de Todos, le llegaron al alma.

Caín continuó, le dijo a nuestro ancestro que no eran las únicas criaturas sobrenaturales del planeta. Le habló de hombres bestias y muertos, magos y faéricos, seres con los que los no muertos estaban en eterna guerra. Y esperando en las sombras estaban los más poderosos maestros, que no podían coexistir. Por todos sus poderes eran temibles, incluso para los otros. Estos maestros ven a los no muertos como una amenaza, porque podíamos sobrevivir a las guerras y manipulamos a los humanos como ningún otro puede hacer. Los hombre bestia podían subyugarlos, los magos vivir aparte y los muertos y faéricos vivir como seres extraños, pero nosotros éramos para los humanos una parte más del mundo como el sol o la luna.

Cuando Ventrue estuvo solo no pudo hacer más que reflexionar sobre estas palabras. Cuando sus bellas amantes vinieron les ordenó retirarse, cuando los artistas que decoraron su palacio vinieron a enseñarle sus últimos trabajos ordenó que se fueran de su presencia. Solo, noche tras noche, estudió las palabras de Caín. Finalmente, tras tres semanas y dos noches, dejó el palacio con una nueva determinación.

Desde esa noche haría todo lo que pudiera para evitar la tragedia. Aunque lo despreciaran haría lo posible para mitigar el daño. Vio que una noche, los mortales y los inmortales se librarían de las cadenas de sus amos.


La Yihad.

Por supuesto nadie puede decir que nuestro ancestro no contribuyó de algún modo en la destrucción de la Primera Ciudad. Comenzó a reunir todas las herramientas que podían ayudarle a combatir a los grandes maestros, y los otros Antediluvianos tomaron nota. El palacio de Ventrue, que fuera museo del más bello arte, donde cada pulgada había sido construida meticulosamente, se convirtió en una fortaleza. Aquí Ventrue acumuló artefactos de gran poder, naturales y artificiales. Tales reliquias como el Tapiz de la Sangre, la cabeza de Medusa, las garras de Fenris, el Puente Faérico y la Niebla de Oromazus se amontonaron en el Palacio. Ventrue, en su ingenuidad, los guardó en un santuario subterráneo donde ninguna criatura podría entrar, pero todos los Vástagos lo vieron.

Una noche, cuando la luna llenaba el cielo de plata, cuatro de los hermanos de Ventrue se acercaron al palacio. "Ventrue - gritó la que se llamaba Brujah- ¿por qué has cogido esos objetos que nos pertenecen a todos y los ocultas?."

"Mi querida hermana -replicó Ventrue- los protejo para que no nos los roben. Cuando llegue el momento, todos los usaremos para recrear el mundo."

"Ventrue -gritó el que se llamaba Set- deberías repartirlos con nosotros para que los podamos usar como queramos."

"Mi querido hermano -replicó Ventrue- si lo hiciera podrían perderse y cuando los necesitásemos no los tendríamos. Cuando llegue el momento, todos los usaremos para recrear el mundo."

"Ventrue -gritó el llamado Tzimisce- gastas todo tu tiempo solo con Caín, ¿estás tratando de volver a nuestro Gran Sire contra nosotros?."

Entonces nuestro Sire vio el verdadero motivo de la visita. Vio los celos en sus corazones y comprendió que los amos habían usado su malvada magia. Podría haberse rebajado hacia ellos, pero el más grande entre los de Tercera Generación, no lo hizo.

"Mi querido hermano -replicó Ventrue- lo que hago lo hago por el bien de todos. Cuando llegue el momento, todos los usaremos para recrear el mundo." Se giró hacia el que se llamaba Nosferatu, pero este simplemente rió. Desde esa noche Ventrue se preparó para combatir contra otros vampiros, de los que había esperado ser aliados.




LOS AMOS SECRETOS.

Muchos Ventrue creen firmemente que fuerzas poderosas manipulan el mundo. Los Antediluvianos son parte de esta casi omnipresente conspiración, pero sólo son una pequeña fracción del total. Los Ventrue saben que algunos magos muy poderosos llevan varios siglos viviendo, y los Vástagos con una mayor experiencia han oído hablar de espíritus de increíble poder, capaces de manipular a los hombres lobo, a otros espíritus y a los mortales.

Los Ventrue han empleado muchos nombres para describir a estos Amos: Starer, Incarna, Occultae, Reginae, Ourani, Gigantes, Devas y otros, pero desde finales del siglo XVIII emplean el término "Amos Secretos". Aunque no pueden más que especular con las motivaciones de estos Amos, y no disponen de pruebas de su existencia, han reunido las suficientes pruebas circunstanciales como para mostrarse satisfechos. Ven a algunos seres poderosos actuando de manera inexplicable, haciendo cosas por motivos que no pueden comprender, y comienzan a buscar a quien maneja las marionetas.

La reciente pelea en Chicago entre magos, vampiros y garou es un ejemplo. Nadie sabe quien fue el responsable, pero los dedos señalan a todas partes. Aunque suena a paranoico, esta creencia Ventrue no surge de un incidente aislado. El clan es capaz de señalar inexplicables incidentes similares a lo largo de la historia.


El diluvio.

Cuando la infame inundación y Caín se separó de sus hijos, nuestro fundador fue el último que le habló. "Padre de todos, ¿por qué no permaneces con nosotros?. Sin ti nadie nos dirigirá. Sin ti nadie resolverá nuestras disputas infantiles ni calmará las almas enojadas. Sin ti, caeremos en una guerra fraticida. Sin ti, la esperanza de derrotar a los maestros esta perdida".

El poderoso Caín miró a Ventrue, y por primera vez en siglos, sonrió. Las palabras exactas que le dijo se desconocen, pero Ventrue volvió con todos, preparado para reconstruir la Segunda Ciudad, y aunque sabía que caería una noche, puso en ello todas sus energías. Trajo aquí todos los artefactos que pudo recuperar. Los enterró en una vasija de barro sellada con la Sangre de Caín. Incluso cuando la ciudad cayó y Ventrue fue obligado a huir, supo que los tesoros estaban a salvo, preparados para cuando llegara la hora. Por eso se dice que los Nosferatu rastrean bajo tierra, buscando las reliquias de la antigüedad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario